Felices vaca[s]iones

 - El blog literato




¡Maldito gallo Claudio, finalmente termina el año! Durante tantos días escuchando tu canto, deseo poder verte en mi plato hoy. Mientras tanto, escucho la voz de mi madre llamándome, como lo hace cada mañana.

 ¡Urpi, despierta!, dale de comer a las gallinas para que te vayas al colegio de una vez.

– Ya voy, mamá – levanto mis pesadas extremidades para realizar el trabajo diario.

– No te olvides de llevar los libros y limpiar bien tu mesa. Pobre de ti que me digan que la dejaste sucia.

Hago como que la escucho, pero en realidad solo quiero terminar con esto. La escuela es un asco, los profesores son malos, faltan y ni siquiera son capaces de responder mis preguntas. Para colmo piden las mesas como si fueran nuevas, ¿no se deberían encargar ellos de eso? Yo solo vengo a estudiar.

Por fin termino de verter el último grano en el plato de metal y me dirijo al colegio. Miro el cielo, últimamente es mi actividad favorita, me encanta saber que es constante, siempre estará arriba de mí y a la vez me fascina no saber de qué color se pintará o cómo bailan las nubes. Hoy está gris, no es buena señal, seguro va a llover.

La directora pasa en sus tacones rojos desgastados, mi hermana mayor dice que los tiene desde hace quince años. El tictac del reloj compite con los latidos de cada corazón dentro de la habitación, a veces otro actor invade la escena y suena el golpe de las piernas nerviosas de mis compañeros. Una sola llamada de la directora podría significar una raya de dolor que no dejaría sentar a ser viviente durante una semana. Mesa por mesa ella revisa que las carpetas estén impolutas, que los libros estén completos y forrados. De lo contrario, grita fuertemente y llama a nuestros padres para que paguen por la reparación.

Todo pasa y yo salí invicta, lo conseguí, todo en orden. ¡Mesa, mesa, mesa!, ¡solo puedo pensar en ella! No necesito ver a mi alrededor, no me importa si mis demás compañeros lo consiguieron o no. Lo único que importa es que mi mesa está limpia, mis libros están completos y forrados: he pasado la prueba. Ya no tendré que escuchar los regaños de nadie, ni de la directora ni de mi madre. Sería una pena para cualquiera tener siquiera un rayoncito y tener que aguantar todo el castigo. Pero no es mi caso, así que no me preocuparé más. 

De hecho, creo que necesito un poco de emoción, porque, ¿qué es la vida sin un poco de ella? Al final, estuve todo un año cuidando esta carpeta y ya me cansé. Saco mi cartuchera y escojo el lápiz más oscuro. Con todas mis fuerzas lo clavé en la mesa y dibujé rayones que trataban de ser palabras. Finalmente, aunque se rompió la punta del lápiz, logré mi cometido. Le dejé un lindo mensaje a la siguiente persona que se siente en mi mesa:

Felices vacasiones

No sé quién será el afortunado que reciba mi mensaje, pero quiero que sepa que le deseo unas felices vacaciones.

Llegó la hora de salida y, en lugar de irme, me quedé en el baño a esperar el ingreso del siguiente turno. Hoy también les toca revisión. Necesito ver qué pasará con mi mensaje, ¿le gustará o me odiará? Me acerqué sigilosamente a la puerta del salón, nadie debía verme. Fue fácil ubicar a mi víctima. Ahí estaba, sentada en mi carpeta, una niña que se observaba desesperada. El sudor corría por su frente y parecía que estaba a punto de llorar, sus labios estaba fruncidos en una mueca de frustración y en el temblor de sus manos que intentaban borrar mi mensaje de buenos deseos se notaba la frustración. Usé mucha fuerza para dejar ese mensaje, obviamente no sería fácil quitarlo; pero eso es lo de menos ahora. 

Honestamente no sé si estoy feliz u orgullosa de lo que hice, no sé si me siento mal por ella o si me da igual su situación. A decir verdad, ni siquiera sé cuál fue el verdadero motivo que me llevó a dejar un mensaje, tal vez solo fueron mis buenas intenciones hablando. Bueno, de nuevo, no importa. Yo ya salí de vacaciones.

12 comentarios:

  1. Me comparaba mucho, al leer el cuento, conmigo misma en esos días de colegio, porque a veces tenía esa actitud. Por un lado deseaba que llegaran las vacaciones, pero no siempre resultaban apreciadas y el tiempo se iba volando, sin embargo, muchas veces estaba deseosa de volver, y al momento de hacerlo quería volver a las vacaciones. Aun así, me pareció interesante la historia.

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    1. Muchas gracias por el comentario, Julissa. Personalmente me pasaba lo mismo, mientras estaba en clases quería un descanso y cuando finalmente lo tenía solo quería volver a clases. En este relato intentamos plantear ese anhelo de vacaciones y de no saber qué hacer hasta que llegue. Nos alegra que te haya parecido interesante.

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  2. Las vacaciones, es bonito recordar la etapa escolar, más aún en el nivel primario. Este cuento cumple con apreciar la inocencia en las travesuras de colegio.

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    1. ¡Gracias por la apreciación! Siendo esta la historia de una niña quisimos expresar su deseo por las vacaciones y tal vez la molestia que sentía mientras esperaba por ellas.

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    1. ¡Gracias por tu comentario, Yasadi! Nos alegra que podamos llevarte a otra época con nuestras líneas.

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  4. Hola Liliana, retrocedí en el tiempo con el relato. en la niñez nos sentimos agobiados por las responsabilidades del estudio , pero al pasar el tiempo añoramos esos momentos . Las obligaciones de ese entonces son nada en relación a las de adulto y quisieramos retroceder en el tiempo y nuevamente ser niños.

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  5. A través de este cuento pude recordar mi niñez, seguir las reglas tal y como nos ordenaban, sin cuestionar ni rebelarse. Pero siempre hay un punto de quiebre en donde rompes las reglas, quizá siendo una pequeña travesura. Es un increíble cómo aquellos recuerdos quedan atrás, todos esos momentos que parecen que no pasarán, pasan; crecemos, maduramos (otros aún seguimos en proceso), nos encontramos en ese futuro que se veía tan lejano y ahora recordamos con nostalgia aquel pasado en donde la niñez era sinónimo de felicidad constante.

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  6. Una historia muy intrigante. Me encanta la forma en que la narradora describe su día y sus pensamientos con un toque de humor y sarcasmo. La relación que establece con su mesa y la obsesión por mantenerla impecable añaden un toque único y divertido a la historia.

    La idea de dejar un mensaje en la mesa para el siguiente estudiante es creativa y un poco traviesa. Es interesante ver cómo la narradora pasa de la preocupación por mantener su espacio perfecto a querer agregar un poco de emoción y sorpresa para el siguiente ocupante. La escena en la que observa las reacciones de la siguiente persona que se sienta en su mesa agrega un toque inesperado.

    Se juega con la dualidad de los sentimientos de la narradora, mostrando una mezcla de indiferencia y posiblemente algo de remordimiento. La historia tiene un giro inesperado y deja al lector pensando en la complejidad de las motivaciones y las acciones de la narradora. En definitiva, una narrativa única y entretenida que juega con la cotidianidad escolar de una manera creativa. Buen trabajo 👾

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  7. Sin duda, es una hermosa historia, es maravilloso como unas líneas te pueden transportar al pasado, recordar esos momentos que si bien son cotidianos, llega en un momento donde los añoras. Me gusto la historia, más por la parte de entregar las mesas limpia, es algo que viví en mi colegio.❤️

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  8. Las negritas no son necesarias, con que la oración esté en cursiva basta; el título está mal escrito, supongo que es a propósito ya que intentan referenciar la mala ortografía del personaje, eso o hacen referencia a la compañera Vaquita Pintada, pero creo que aquí me voy por las ramas, pero en caso sea una referencia, recomiendo dejar una nota aclaratoria ya que la profesora no es consciente de estas cosas; sobre el tiempo, me sorprendieron, pensé que iban a cometer el típico error de narrar en presente y pasar de pronto a pasado, pero no, no cayeron en ese error. Dejando esos pequeños detalles, su redacción es impecable, y su argumento también es bueno (me explayaré en un momento), lo que hace que este cuento entre a mi lista de los tres mejores. Los guiones, mayúsculas, tildes, comas, etc., todo bien. La historia es entretenida, con la primera oración me sacaron una risa moderada. Recalco lo divertida que es, ya que la mayoría de cuentos no lo son, intentan ser serios o contar historias profundas, pero sin querer sus cuentos terminan siendo pretenciosos, y esto es porque no tienen las herramientas para escribir ese tipo de historias. La protagonista es odiosa, pero para bien, me sorprende que hayan sabido dotarla de personalidad y carisma en tan solo unos cuantos párrafos, este es su punto fuerte, un personaje con carisma. Sin más, esta es mi puntuación:
    Forma: 9/10
    Fondo: 9/10
    Puntuación final: 9/10

    Psdt: Aprovecho este espacio para pronunciarme acerca de los comentarios que he estado leyendo en el grupo de Whatsapp. Cuando la profesora anunció que teníamos que escribir un cuento me emocioné, pues me gusta leer y escribir, y por otro lado me invadió la curiosidad, qué cosas iban a escribir ustedes, eso me tenía intrigado, de qué eran capaces mis compañeros san marquinos. Impulsado por esos sentimientos me propuse ayudarlos con comentarios constructivos, no destructivos (salvo un grupo, ese cuento era realmente malo, pero ya borré el comentario). Lo hice bajo un alias ya que supuse que habría quejas e incomodidades, y yo no quiero crear una relación áspera con ninguno de ustedes, ya que son mis compañeros. Pero sucedió, se quejaron y hasta borraron algunos comentarios, como si haciendo eso sus cuentos fueran a mejorar, eso fue decepcionante. Compañeros, tienen talento, pero les hace falta escuchar.

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  9. La verdad es que el cuento hace que uno sienta cierta nostalgia por las normas de convivencia a las que uno tenia que adaptarse , que no eran algo malo ni mucho menos , pero a veces al uno ser niño pecaba de travieso e infringía esas normas , es algo que suele pasar , aunque discrepo con el hecho de involucrar a otras personas en la travesura.

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